“Cada rincón del mundo tiene el potencial de ser sede de la historia”, asegura el autor del extraordinario ensayo Una breve historia del mundo en 50 lugares. El historiador Jacob F. Field, a partir de una investigación cuidadosa reconstruye una época y propone una narración diferente de la humanidad contada desde aquellos sitios claves que marcaron la historia. Desde sus primeras etapas hasta el siglo XXI en determinados lugares ocurrieron acontecimientos decisivos. Cada uno de ellos encierra experiencias cruciales y duraderas, cuyos efectos se sienten hasta la actualidad.

“Los libros de historia suelen ser el imperio de la cronología. ¿Y si el hilo conductor son el espacio, los lugares del subtitulo?”, expresa el periodista Eduardo Lamarche quien escribió una reseña para el Diario La Nación, que reproducimos a continuación:

26 de noviembre de 2022  00:01

También los libros de divulgación pueden aspirar, además de a la síntesis, a entender los procesos de manera sorprendente. El historiador Jacob F. Field (Londres, 1983) opta en Una breve historia del mundo en 50 lugares por una perspectiva fructífera. Los libros de historia suelen ser el imperio de la cronología. ¿Y si el hilo conductor son el espacio, los lugares del subtítulo?

En la indagación de los sitios concretos que fueron clave para el desarrollo de la humanidad –es lo que estructura la narrativa– también debe seguir, sin embargo, la línea de tiempo de la especialidad histórica. Nada de eso daña, sin embargo, sus premisas.

Field comienza por la prehistoria: la garganta de Olduvai, en Tanzania, donde surgieron hace dos millones de años los primeros humanos y el lago Mungo, en Oceanía, cuna de los aborígenes australianos, la cultura más antigua de todas. Más tarde, en el temprano mundo antiguo, los elegidos son la Media Luna Fértil en Asia, el africano río Nilo, la cuenca del río Amarillo. Con un punteo nutrido y entretenido que llega hasta el mundo moderno, el libro visita de manera ágil del Monte del Templo y la Acrópolis a los estrechos turcos o Kosovo, para progresar hasta fechas más recientes. Angostura (donde Bolívar trazó sus planes independentistas), la muy posterior Hollywood o la casa de Ana Frank reflejan la amplitud del trayecto. Fields defiende que incluso la virtualidad tiene su lugar en el mundo. No le falta razón: al fin de cuentas las “granjas de servidores” están, aunque lo olvidemos en algún rincón bien material del planeta.